Otro de los aportes de la cibernética, es la
utilización del aparato matemático, que hasta ese
momento era de uso casi exclusivo de la física y como la
cibernética a su vez era una disciplina común a
varios sectores de investigación, trajo como consecuencia
que ramas como la psicología, la
sociología y la biología, pudieran de
alguna manera formalizar sus teorías, y aún fue
más lejos, ya que les proporcionó métodos de
experimentación a través de la creación de
máquinas que permitieran estudiar conductas, reacciones,
reflejos, aprendizaje,
etc.
Cuando los cibernéticos intentaban modelar la
estructura de un objeto, más que la estructura lo que
tenían en cuenta era la reproducción de su funcionamiento sobre
otra estructura y se aspiraba a que ese modelo u
objeto artificial exhibiera una conducta similar
a la del original. Digo similar porque en realidad la conducta
mostrada por los modelos siempre ha estado
supeditada a la interpretación del investigador.
Estos intentos de modelación llevaron a los
científicos a la construcción de máquinas con
conducta como las tortugas de Grey Walter y los zorros de Albert
Ducrocq, que no eran más que pequeñas
máquinas dotadas de movimiento y que se orientaban por la
luz, otras se
orientaban por el sonido o
poseían alguna forma de radar.
Pero lo más interesante era la interpretación
que se le daba al comportamiento
de estos ciberanimalitos. Para Grey Walter las tortugas
podían pasar de un comportamiento flemático a otro
irascible. Para Ducrocq, sus zorros eran capaces de manifestar
sentimientos de afecto entre si. Sé que esto a los
racionalistas les puede parecer infantil, pero no es interesante
(por no decir válido) que el ser humano siga recurriendo a
su fantasía para interpretar los fenómenos y que
mantenga viva, en estos tiempos de determinismo
científico, su capacidad de "sorprenderse".
Hoy nadie habla de las experiencias emocionales con tortugas,
zorros, ratones… Las ideas eran demasiado simples: cualquier
aparato podía mostrar alguna forma de conducta humana.
Ese era el gran sueño de los cibernéticos:
reproducir la vida en todas sus manifestaciones y no sólo
la inteligencia, como pretende en estos tiempos la Inteligencia
Artificial. Y es que la Cibernética no basó su
investigación sobre la base de que la máquina
sustituiría al hombre, ya que siempre vio a ambos como
sistemas con analogías funcionales, que a la vez que
tenían grandes diferencias, por ser organismos con
estructura y organización propias, poseían a su
vez, muchas similitudes; De ahí que los
cibernéticos le dieran, siempre, mayor importancia a la
influencia de la estructura sobre la mente, pero ambos vistos
como un sistema capaz de
funcionar como un todo.
Vivimos en un mundo de crisis tanto
social como espiritual, y el hombre
desesperado vuelve sus ojos a la ciencia y
espera de ella la solución a los grandes problemas que lo
agobian y ve en la ideología cibernética un nuevo
enfoque. Veamos algunos de los problemas que se están
retomando: El sistema educativo, la salud (las
prótesis),
la muerte, la
creatividad,
la producción de bienes de
consumo, el
desarrollo, la
comprensión de la mente humana, la felicidad, la evolución (convergencia hombres y
máquinas), nuevas formas de organización social
(posthumanidad), mejoramiento humano (conexión
hombre-máquinas)
Es por eso que la Cibernética al pasar de los
años se ha ido transformando en una de las
ideologías de la ciencias más influyentes, y al
igual que la Física y la Biología, engendra grandes
promesas y para muchos se convierte en la nueva salvadora del
mundo, gracias a que ha aportado una de las metáforas
más ricas y poderosas: la llamada metáfora
computacional o cibernética, que ofrece una nueva óptica
de la sociedad y
abre las puertas hacia una nueva era postindustrial. Hoy en
día son muchos los que piensan que la máquina
sustituirá al hombre, o los que creen que la mente humana
se puede simular a través de una computadora, o
los que sueñan con crear una vida artificial.
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